SEGUNDA PARTE
CAPITULO
PRIMERO
Ahora diremos también el nombre del padre de Hunahpú e
Ixbalanqué. Dejaremos en la sombra su origen, y dejaremos en la oscuridad el relato y
la historia del nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Sólo diremos la
mitad, una parte solamente de la historia de su padre.
He aquí la historia. He
aquí el nombre de Hun-Hunahpú, así llamado. Sus padres eran Ixpiyacoc e
Ixmucané. De ellos nacieron, durante la noche,1 Hun-Hunahpú y
Vucub-Hunahpú, de Ixpiyacoc e Ixmucané.2
Ahora bien, Hun-Hunahpú
había engendrado y tenía dos hijos, y de estos dos hijos, el primero se
llamaba Hunbatz y el segundo Hunchouén.3
La madre de éstos se llamaba
Ixbaquiyalo, así se llamaba la mujer de Hun-Hunahpú. Y el otro
VucubHunahpú no tenía mujer, era soltero.
Estos dos hijos, por su
naturaleza, eran grandes sabios y grande era su sabiduría; eran adivinos aquí
en la tierra, de buena índole y buenas costumbres. Todas las artes les fueron
enseñadas a Hunbatz y Hunchouén, los hijos de Hun-Hunahpú. Eran
flautistas, cantores, tiradores con cerbatana, pintores, escultores, joyeros, plateros: esto
eran Hunbatz y Hunchouén.4
Ahora bien, Hun-Hunahpú y
Vucub-Hunahpú se ocupaban solamente de jugar a los dados y a la pelota todos los
días; y de dos en dos se disputaban los cuatro cuando se reunían en el juego
de pelota.
Allí venía a observarlos el Voc, 5 el mensajero de
Huracán, de Chipi-Caculhá, de Raxa-Caculhá; pero este Voc no se quedaba
lejos de la tierra, ni lejos de Xibalbá; 6 y en un instante subía al cielo al
lado de Huracán.
Estaban todavía aquí en la tierra cuando
murió la madre de Hunbatz y Hunchouén.
Y habiendo ido a jugar a la
pelota en el camino de Xibalbá, los oyeron Hun-Camé y Vucub-Camé, los
Señores de Xibalbá.
---¿Qué están haciendo sobre
la tierra? ¿Quiénes son los que la hacen temblar y hacen tanto ruido?
¡Que vayan a llamarlos! ¡Que vengan a jugar aquí a la pelota, donde los
venceremos! Ya no somos respetados por ellos, ya no tienen consideración ni miedo a
nuestra categoría, y hasta se ponen a pelear sobre nuestras cabezas, dijeron todos
los de Xibalbá.
En seguida entraron todos en consejo. Los llamados
Hun-Camé y Vucub-Camé eran los jueces supremos. A todos los Señores les
señalaban sus funciones Hun-Camé y Vucub-Camé y a cada uno le
señalaban sus atribuciones.
Xiquiripat y Cuchumaquic, eran los Señores
de estos nombres. Estos son los que causan los derrames de sangre de los hombres.
Otros se llamaban Ahalpuh y Ahalganá, también señores. Y el oficio
de éstos era hinchar a los hombres, hacerle brotar pus de las piernas y
teñirles de amarillo la cara, lo que se llama Chuganal. Tal era el oficio de Ahalpuh
y Ahalganá.
Otros eran el Señor Chamiabac y el Señor
Chamiaholom, alguaciles de Xibalbá, cuyas varas eran de hueso. La ocupación de
éstos era enflaquecer a los hombres hasta que los volvían sólo huesos y
calaveras y se morían y se los llevaban con el vientre y los huesos estirados. Tal
era el oficio de Chamiabac y Chamiaholom, así llamados.
Otros se llamaban el
Señor Ahalmez y el Señor Ahaltocob. El oficio de éstos era hacer que a
los hombres les sucediera alguna desgracia, ya cuando iban para la casa, o frente a ella, y
que los encontraran heridos, tendidos boca arriba en el suelo y muertos. Tal era el oficio
de Ahalmez y Ahaltocob, como les llamaban.
Venían en seguida otros
Señores llamados Xic y Patán, cuyo oficio era causar la muerte a los hombres
en los caminos, lo que se llama muerte repentina, haciéndoles llegar la sangre a la
boca hasta que morían vomitando sangre. El oficio de cada uno de estos Señores
era cargar con ellos, oprimirles la garganta y el pecho para que los hombres murieran en los
caminos, haciéndoles llegar [la sangre] a la garganta cuando caminaban. Este era el
oficio de Xic y Patán.
Y habiéndose reunido en consejo, trataron de la
manera de atormentar y castigar a Hun-Hunahpú y a Vucub-Hunahpú. Lo que
deseaban los de Xibalbá eran los instrumentos de juego de Hun-Hunahpú y
Vucub-Hunahpú, sus cueros,7 sus anillos, sus guantes, la corona y la máscara,8
que eran los adornos de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú.
Ahora contaremos
su ida a Xibalbá y cómo dejaron tras de ellos a los hijos de
Hun-Hunahpú, Hunbatz y Chouén, cuya madre había muerto.
Luego
diremos cómo Hunbatz y Hunchouén fueron vencidos por Hunahpú e
lxbalanqué.
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Notas de Adrián Recinos:
1 Esto es,
antes que hubiera sol, ni luna, ni hubiese sido creado el hombre.
2
Hun-Hunahpú, 1 Hunahpú; Vucub-Hunahpú, 7 Hunahpú, son dos
días del calendario quiché. Como se sabe, los antiguos indios designaban los
días anteponiendo un número a cada uno, formando series de 13 días que
se repetían sin interrupción hasta formar el ciclo de 260 días que los
mayas llamaban tzolkín, los quichés cholquih y los mexicanos tonalpohualli.
Era costumbre dar a las personas el nombre del día en que nacían.
3
Nótese que, fuera de la indicación de que se dirá el nombre de los
padres de Hunahpú e Ixbalanqué, no se vuelve a hablar de estos héroes
hasta que se cuenta su nacimiento en el capítulo V de la Segunda Parte. Allí se refiere la otra mitad de
la historia, que en este lugar deja el autor intencionalmente en la oscuridad.
4 Ah
chuen, en maya, significa artesano. Diccionario de Motul.
5 Al lugar donde jugaban a
la pelota, pa hom en el original, llegaba a observarlos el voc o vac, que es el
gavilán.
6 Chi-Xibalbá. Antiguamente, dice el P. Coto, este nombre
Xibalbay significaba el demonio, o los difuntos o visiones que se aparecían a los
indios. En Yucatán tenía los mismos significados. Xibalbá era el diablo
y xibil es desaparecerse como visión o fantasma, según el Diccionario de
Motul. Los mayas practicaban un baile que llamaban Xibalbá ocot, o baile del demonio.
Para los quichés Xibalbá era la región subterránea habitada por
enemigos del hombre.
7 Tzuun, rodela de cuero, interpreta Ximénez. Eran los
cueros que les cubrían las piernas y los protegían contra el golpe de la
pelota
8 Vachzot, cerco de la cara, según Ximénez, máscara.
Todos estos objetos eran necesarios para el violento juego de la pelota y para ornato de los
jugadores.